La fe sin obras es una fe muerta, una fe que no es auténtica, que está vacía y sin sentido. Sin embargo, las buenas obras se pueden hacer por buenas y por malas razones, sin fe, al igual que lo hacen los ateos. ¿Pueden las buenas obras salvarnos? Hoy, John y Julieth nos cuentan cómo Jesús transformó su matrimonio por completo.