En la vida cristiana es inevitable la decepción. La iglesia está formada por personas que fallan y su fracaso nos arrastra a dudar de si merece la pena creer. Pero como veremos hoy, la decepción tiene cura.
En la vida cristiana es inevitable la decepción. La iglesia está formada por personas que fallan y su fracaso nos arrastra a dudar de si merece la pena creer. Pero como veremos hoy, la decepción tiene cura.