Para las mujeres que sufren violencia, escapar del maltratador no es el final del problema, es sólo el principio de un proceso de recuperación y de superación de secuelas con las que tendrá que luchar a lo largo de su vida.
Para las mujeres que sufren violencia, escapar del maltratador no es el final del problema, es sólo el principio de un proceso de recuperación y de superación de secuelas con las que tendrá que luchar a lo largo de su vida.