Internet ha traído de la mano el fácil acceso a contenidos pornográficos y ha provocado la primera generación de "pornonativos". Un desafío para todos aquellos que creemos en la dignidad humana y la santidad del sexo. ¿Cómo afrontar esta situación?
Internet ha traído de la mano el fácil acceso a contenidos pornográficos y ha provocado la primera generación de "pornonativos". Un desafío para todos aquellos que creemos en la dignidad humana y la santidad del sexo. ¿Cómo afrontar esta situación?