La Navidad llena los pueblos y las ciudades de luces, adornos y regalos. Es un tiempo para rodearse de nuestros seres queridos. Pero, si rascamos en el profundo mensaje que encierra, nos encontramos cara a cara con Jesús. Como veremos, ponerle en el centro de esta festividad llena el alma de agradecimiento, consuelo y paz.