Ser cristiano de corazón es vivir cada día de la mano de Jesús. No depende de ritos, liturgias o tradiciones; depende de una dinámica de comunicación con Dios y de armonía con su Palabra, como veremos hoy.
Ser cristiano de corazón es vivir cada día de la mano de Jesús. No depende de ritos, liturgias o tradiciones; depende de una dinámica de comunicación con Dios y de armonía con su Palabra, como veremos hoy.