La vida cristiana es un camino con una puerta de entrada. Algunos entran y andan despacio, sin desarrollar sus dones y sus posibilidades. Otros sin embargo, deciden crecer, madurar y descubrir todo lo que Dios tiene para ellos.
La vida cristiana es un camino con una puerta de entrada. Algunos entran y andan despacio, sin desarrollar sus dones y sus posibilidades. Otros sin embargo, deciden crecer, madurar y descubrir todo lo que Dios tiene para ellos.