El cristianismo ha establecido festividades a lo largo de la historia que responden a sucesos bíblicos y, en muchos lugares, se viven con emoción y devoción, pero sin profundizar en su significado. Así que, más allá de la celebración, en este espacio queremos conocer por qué y para qué sucedieron.
Hablamos de nuevo, en este segundo episodio, del inicio de la iglesia acercándonos al libro de los Hechos con Jaume Torrado, Obispo Nacional de la Federación de Iglesias de Dios de España y pastor principal de la iglesia en Salt, Girona.
La festividad de Pentecostés forma parte del calendario religioso, pero es un vocablo bastante desconocido. Sin embargo, es el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento por parte del profeta Joel. Para la iglesia no se trata de un evento en sí, sino del derramamiento del poder de Dios para que sus discípulos vivan con autoridad lo que están predicando, cuenta Torrado. “Ya no es solo Dios con nosotros, sino Dios en nosotros. Es la plenitud del Espíritu Santo en las vidas de los seguidores de Jesús, empoderándoles para ser lo que fueron llamados a ser, sus testigos”. El desafío de los creyentes es poder vivir la vida cristiana con plenitud en una naturaleza caída. Para un hijo de Dios, el Espíritu Santo no es una experiencia opcional; es una promesa y debería buscar vivir su plenitud.
Para Torrado también es fundamental entender que la iglesia primitiva era sencilla, pero profundamente espiritual y misional. No se centraba en estructuras o parámetros, sino que perseveraba en la doctrina de los apóstoles, la revelación de su experiencia con Jesús y el partimiento del pan, una experiencia comunitaria.
La humanidad debería poder ver que Dios tiene un plan de redención maravilloso para el mundo. Él regresará para arreglar todas las cosas tal y como estaban en el plan original.