La esperanza de vida en España es de las más altas de Europa. Fe de ello dan las más de cinco mil residencias para personas mayores repartidas por todo el territorio. Hoy vamos a conocer la Residencia Betania, en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona. Allí, desde hace medio siglo, los ancianos reciben una atención integral.
Gracias al empuje inicial de Lola Gargallo, Facundo Busquier y Antonio Villegas, y a varias iglesias cercanas del movimiento evangélico de Asambleas de Hermanos, la Residencia de Ancianos se hizo realidad.
En la actualidad, Betania es una casa abierta a todos, con más de treinta profesionales a su servicio. Dispone de cuarenta y ocho plazas; trece públicas y treinta y cinco privadas, vinculadas éstas a la Ley de Dependencia.
Este equipo interdisciplinar favorece la calidad de vida de sus usuarios cubriendo de forma integral sus necesidades vitales. Procuran que los residentes preserven la mayor autonomía posible ejercitando, cada mañana, el área física. Dado que no pueden desplazarse con facilidad a una iglesia, para quienes lo deseen, celebran un culto evangélico dos veces a la semana. Además, se enfatiza el cuidado de la capacidad cognitiva, por medio de talleres de memoria, entre otros. Y para enriquecer su ámbito emocional, desarrollan actividades lúdicas y socioculturales, dentro y fuera de las instalaciones.
Frente al deterioro cognitivo grave de algunos ancianos, se llevan a cabo intervenciones asistidas con perros, específicas para ellos, junto a la asociación Itcán. El hogar también cuenta con voluntarios, que dedican su tiempo libre a los mayores. Y se fomenta la implicación directa de los familiares en diferentes actividades.
Gracias a su constante labor, la Residencia Betania es un referente en la ciudad por su original concepto de casa, de hogar, de cariño y entrega. El amor y el cuidado de Jesús es su ejemplo.
